"A ella le gustó, y pensó que el amigo del que se referìa, su amiga, seria alguien más que faltaba para que la reunión estuviese completa, sin gran interés de averiguar saber quién era, o còmo era.
Sin embargo, cuando su amiga se lo presentó, le gustò sin saber qué le había gustado con precisiòn, para después en silencio, admirarlo por su seguridad y su sentido del humor, analizando el tono de su voz, que le pareció agradable junto con su risa y la forma en que se dirigía a ella, tratando de llamar su atención, pronunciando su nombre y robándole sonrisas que hace mucho, nadie, provocaba de forma tan espontánea.
Le recordò a alguien, .... se parecia... en el pelo castaño y en el aire revuelto que ahuyentaba inseguridades ...
¿ Será que inconscientemente siempre buscamos a alguien parecido al que quisimos demasiado?
También lo recorrió con la mirada sin que èl se diera cuenta, era alto y la estructura de su rostro le pareciò interesante, le gustaron sus espaldas porque se le figuraron fuertes ... pero la llenó más fue su mezcla de niño malcriado y dulce.
Sin embargo, tenìa que marcharse, todo habìa sido tan improvisado y siempre su prisa, ya era tarde... ella se marchaba, aunque èl se habìa ofrecido en llevarla a su casa... huir, y los mejores momentos eran esos, los que no se organizaban, los que eran improvisos"...